“El autobús de la soledad”

Decidió dejar lo que amaba en la terminal,
y abordar con pena, tristeza y ansiedad,
el penoso viaje, en el autobús de la soledad,
un viaje quizá eterno, quizá sin un final.

El viaje comenzó, lugares oscuros, nocturnos,
las paradas, eran sus momentos de felicidad,
una felicidad que se disipaba a la brevedad,
recuerdos viejos, amores fallidos, taciturnos,

Paisajes secos, sombríos, veía por la ventana,
en el penoso viaje, en el autobús de la soledad,
de saludar o sonreír no tenía ya la habilidad
ni de noche, ni de día, ni en la tarde o la mañana.

La paciencia se sentó a su lado, mas solo estaba,
pues en una parada cercana, ella ya sin bondad,
abandonaría el asiento, del autobús de la soledad,
el cual, su viaje infinito y moribundo continuaba.

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