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"Aquel escaño"

Pasé de largo por aquel escaño, aquel que solo tenía espacio para dos, para nosotros dos y para tu sombrero negro, bastó un segundo para que llovieran recuerdos... Mi alma liberada comenzaba a enamorarse, comenzaba también el año tras anterior, mediaba la tarde y la charla era interminable. Mis ojos se retiraban del rostro de ella, ¿Por miedo? ¿Porque se pasaba de bella? No sé... pero solo optaba por mirar las nubes de los cielos de enero. Su cabellera gruesa y negra hacía juego con su atuendo, mientras la brisa la acariciaba con trémula tibieza, el placer lo tenían mis oídos escuchándola hablar de su vida. Pasé de largo por aquel escaño en el que hubieron dos, y hoy que ya no estás, que tu alma vuela junto con otra, me queda el recuerdo y la nostalgia de todo lo que quedó por construir, de los versos que quedaron por escribir y quizá, de los besos que quedaron atragantados entre mis palabras.

“Tan solo necesito”

No necesito soledad ni viento frío para buscarte, tan solo necesito un firmamento despejado, para encontrarte en cada estrella. No necesito dulces, libros ni rosas para enamorarte, tan solo necesito que estés cerca para que te enamores en un abrazo. No necesito sexo para mostrarte que te deseo, tan solo necesito escucharte bajar las escaleras, despeinada, desarreglada, en pijama. No preciso de lugares oscuros ni hoteles de autopista para estar juntos, tan solo necesito una zona verde con árboles frutales para recostarme a tu lado. No necesito que me digas que eres mía, tan solo necesito que seas tuya, que me quieras y que me ayudes a vivir. No necesito andar contigo por las calles para presumirte, tan solo necesito que te prendas de mi brazo, para mí no va a existir nadie más. No necesito tenerte a mi lado para saber que te amo, tan solo necesito que habites mis pensamientos y mis días para amarte entera.

¿Quién soy esta Navidad?

Esta Navidad pensé como todos al principio, felicidad, villancicos, unión familiar, espiritualidad, diciembres con cielos despejados y viento soplando, pero en plena nochebuena me  pongo a pensar de pronto: ¿Quién soy esta Navidad? Dentro de lo que pienso me convierto en melancólico y puedo pensar que soy aquel niño de la calle, que puede un pedazo de pan ser su Navidad o que soy el viento fuerte que se filtra por los tablones que sirven de cama y cobijo a una familia ignorada por los gobiernos, que escurren grasa de carne a la parrilla y chicharrones. Esta Navidad soy el regalo deseado de la vitrina que un niño ruega a su padre le compre, mientras el padre, no halla como explicarle, que necesita dinero, al cual el niño no le ve significado aún. Esta Navidad soy el que a pesar de trabajar todo el año, no pudo comprar si quiera un lujo para un niño, y debe verlo llorar mientras envidia  que los demás sí tengan obsequios y regalos. Esta Navidad soy aquel que está

"Noche de noviembre"

Ella hace tiempo se fue, como se va el humo de mi taza de café y se oscurecieron mis días como cuando cae el sol en noviembre. Ella ha salido de la esfera de mis pensamientos, pero a veces algo navega en mis venas, algo resuena en mi pecho angustiado de madrugada, algo mueve las aguas de mis pesadillas nocturnas... Ella ya no me dirige la palabra, pero recuerdo perfectamente su voz y a veces el corazón anestesia a la razón y un sentimiento viejo retorna de la nada. Ella hoy no está, el humo de mi taza de café me la recuerda, la soledad de mi cuarto me pregunta ¿Donde estará? y la nostalgia de esta noche de noviembre me responde: No sé dónde está, solo sé que hoy no está...

Desierto

Me he perdido otra vez en esas arenas, arenas blancas que cubren tu piel cálida. Comienzo poco a poco a sudar con el calor de tus labios carnosos. Recorriendo el árido andar con el camello de mis labios, encuentro descanso recostado en la calidez de tus muslos. Continuando mi recorrido por la estrechez de tu cintura, que me resulta delgada como el tronco de una palma, encuentro que poco a poco aumenta la sed de mi cuerpo, aún no encuentro un oasis donde apagar mi cuerpo sediento. Andando hacia el norte y con mis labios secos y agrietados, encuentro un lecho y adrenalina en las dunas de tus senos, donde a media tarde me recuesto y descanso, en tu árido desierto. Al llegar al norte de tu desierto encuentro arenas delicadas y finas, y mi boca las besa como si fuesen tus mejillas ansiadas, unos hilos de oro ondean en el cielo de tu mágico desierto y mis ojos los miran como si fuesen tus cabellos dorados. Y al fin entre tanta magia hallo dos oasis, me acerco para desca

“Poema para una despedida”

Si me dices “adiós” que sea para nunca volver, quiero que esto solo duela una vez, que la muerte tarde o temprano llega, una sola vez... y una despedida suele ser una muerte en vida. Si te despides, no dejes rastro de ti en mí, de los recuerdos me encargo yo, y de olvidarte se encargará el tiempo y la vida. No seas como una estrella del firmamento, que desaparece al amanecer y regresa al anochecer, prefiero que seas como la luna nueva, que está presente pero no la logro ver. Si te vas, por favor, no vuelvas, que las despedidas no deben repetirse, que si algo nos separó una vez, que ese algo nos separe por siempre.

"Si vuelves"

Si vuelves, encontrarás un corazón secándose al sol, encontrarás una casita con el techo mojado, las ventanas entrecerradas y una puerta entreabierta. Si vuelves, encontrarás un árbol retoñando, con frutos maduros en la copa, con hojas mojadas y gotitas de rocío. Si vuelves, encontrarás un alma remozada, un corazón con pegamento a medio secar y un muchacho nostálgico que te escribe aún. Si vuelves, encontrarás un amanecer soleado, un cielo despejado y unas montañas mojadas por rocíos nocturnos. Si vuelves, encontrarás un alma comprometida, una mujer que ama estos versos, unos niños corriendo por mi casa y un hombre que te dirá "ya es tarde".

Soldado

Soy un soldado, joven, pero soldado al fin, el arsenal de mi ejército consiste en letras, yo por mi parte, llevo vasta munición de sentimiento, está rodeada mi cintura con balas que son versos, que en ráfagas forman estrofas con palabras que riman. Refugiado en las hondas trincheras del papel, asomo solamente mi mano y aprieto el gatillo de mi pistola de grafito, para bombardear de música las hojas. Lanzo granadas de sentimiento que junto con las balas, siempre tiran a matar, a matar la tristeza, el desamor y la soledad. Soy un joven soldado que levanta su pecho en la guerra, en la guerra que disputa el corazón y la razón, herido, trato de seguir disparando balas de grafito que hieran el papel, que maten tristezas, desamores y soledades, y a pesar de que estoy herido, joven y rasgados están mis poemas, siento orgullo de ser un soldado y ser reclutado en este ejército, siento orgullo de ser un soldado que escribe.

“Léeme”

He aprendido de memoria tu rostro, tus mejillas, tus ojos, tu mirada, tu piel, he leído tus labios y memorizado esa sonrisa, que es lo que más me gusta ver de ti. He vivido noches añorando que leas mis ojos, que descubras lo que no puedo decir con palabras, he vivido días añorando verte y que me veas, para pasar aunque sea un momento recostado a tu hombro. Después del ejercicio de leerte entera por fuera y por dentro, descubro que eres un libro de infinitas páginas y que nunca deja de oler a nuevo. Descubro que eres el libro que quiero leer el resto de mis días. Y yo, no hago más que mostrar mi portada añorando que me leas, he salido de los estantes de la soledad para ofrecerme ante ti, quizá no sea un libro nuevo y esté rasgado por maltratos, pero he tratado de tener el mejor contenido, solamente añoro que como yo te leí, tú con cariño me leas.

¿Qué soy?

Hoy, soy savia de un tronco partido de un árbol que talado sangra incesante. Soy eso que se desmenuza después de morir, soy un peatón en la carretera de las decepciones. No soy más que un corazón que derrama herrumbre a raudales, que se ha endurecido como plantas de los pies que caminan descalzas. Soy una planta aplastada por el sol quemante de marzo, que deshidratada clama a los cielos por una gota de agua. No soy más que fantasía plasmada en papel, soy el grafito que tatúa las hojas que sangran al sentir lo que escribo. Soy estas uñas de mis dedos carcomidas por la ansiedad, soy estos ojos que viendo borroso entre lágrimas te escriben. Esta noche soy un buscador de un por qué, soy un repartidor de culpas y por desahogarme escribo desesperado. Al final, la confusión me hace preguntarme insistente ¿Qué soy? si ella se ha ido, si no volverá, si no siente… No soy nada…

Esta noche

Esta noche canta el viento, silbando canciones incomprensibles, esta noche escribe mi alma sin pensar. Las nubes que pasan de norte a sur me dicen que hace días no le veo, que le extraño aún sin saber por qué. Esta noche sangra un beso, porque me mordí los labios mientras pensaba en ella y lloraba. Esta noche mi mente no piensa y le da vía libre a mi corazón. Esta noche escribo para ella, me vigila media luz de luna nostálgica, me obliga mi alma inquieta y sedienta… Esta noche hay odio, amor, rabia y temor, tanto, que no cabe en estos versos, agridulce te escribo, siempre más agrio que dulce. Esta noche lloran los ojos de un sensible poeta, a quien le duele el golpe que me vas a dar. Esta noche duele mi impotencia, aún haciendo todo lo que estuvo en mis manos por ti. Esta noche sangran versos, duele el alma, duele verte creer mentiras de otro. Esta noche duele luchar por ti y haberte perdido.

¡Vete!

Vete, vete con él, pero no dejes rastro, que lágrimas me ha costado demoler lo que construí, vete, vete con él, ese él será el precio que vas a pagar. Vete, tú lo decidiste, tu indiferencia pierde peso en mí, vete, vete con ese que entre más te conozca menos te va a querer. ¡Vete y no insistas en volver, que yo no soy plan B de nadie! Vete con él, que cree ser rey de tu castillo y no llega ni a bufón, porque en tu castillo solo hay una reina de papel. Vete, vete con él, ese él será el precio que vas a pagar. Vete, sigue construyendo un castillo de naipes junto a él vete y no llores cuando el viento y el tiempo voten los naipes. ¡Vete y no llegues a llorarme, que yo no soy pañuelo de nadie! Vete, que yo ya he enviado mi corazón a intervención quirúrgica, he puesto anestesia para no sentir el dolor de tu maltrato e indiferencia, he pasado el bisturí por cada área afectada por tu ingratitud, y no me ha quedado el corazón roto, solo quedó una cicatriz más…

¡Vive!

Esta mañana, el latido de tu corazón te despierta, ese, es motivo suficiente para ser feliz, no dejes de valorar cada latido, no lastimes a nadie, camina por la vida, que ella sola te guía. No desprecies ni ignores a personas inocentes solo porque alguien ha hecho eso contigo. No dejes que la mañana se convierta en mediodía sin antes haber dicho al menos un buenos días. Aprende tanto del sabio como del tonto, conviértete en receptor de conocimiento, comparte lo que sabes,  con el sabio y con  el tonto, sé también un emisor de conocimiento. No busques nunca el amor, no lo fuerces, que sea él quien toque la puerta de tu remendado corazón, deja entrar lo bueno en tu alma, y si se filtra algo malo sácalo y deja solo la experiencia. En la noche, reflexiona sobre lo vivido, verás que maduraste, que aprendiste, que te pasó algo bueno y algo malo. Tu corazón sigue latiendo, hoy, este día que completaste, ese, es motivo suficiente para alegrarse y entender que has cumpli

¿Qué le diré?

¿Qué le diré a los días? Si hoy te has ido para siempre. ¿Qué le diré a mis manos? Que sudan por tu ausencia y claman juntarse con las tuyas. ¿Qué le diré a la gente? Si mis ojos no pueden ocultar el dolor que me provocas. ¿Qué le diré a mis brazos? Si nunca más se fundirán contigo en un abrazo nocturno. ¿Qué le diré a mis hombros? Que extrañan las tardes en las que te recostabas en ellos. ¿Qué le diré a mi alma? Si tú estabas tan adentro mío y mucho más allá de ella. ¿Qué le diré a mis ojos? Cuyas pupilas inevitablemente se dilataban al verte. ¿Qué le diré a mi boca? Que te extraña y se seca, se muerde y sangra un beso frustrado. ¿Qué le diré a mi nariz? Que busca desesperada e instintivamente tu olor inmortal. ¿Qué le diré a mis noches? Sin tu desnudo, sin tus susurros, sin tu alma cerca, sin ti. ¿Qué le diré a la luna? Que a pesar de ser testigo de lo nuestro no encuentra un porqué. ¿Qué le diré al sol? Que ya al alumbrarme me encuentra solo y avergonzado de mí mismo.

Queda

Quedan los remanentes de lo que no fue, queda un corazón con cicatrices, que hoy son heridas, queda un recuerdo, una ventana empañada y mojada, queda una puerta entreabierta con brisa fría entrando, quedan páginas de un libro que mis lágrimas me impiden leer, queda sal en mis mejillas, en mis dedos, en mi poesía, queda un pasajero en el autobús de la soledad, queda un masoquista con sed de golpes, queda un reo en la cárcel, queda una luz en la ventana, queda un perro hambriento en la calle, quedan hormigas en mis huesos, y la tristeza, queda la culpa del tiempo perdido y las vanas ilusiones, queda prosa, quedan estos versos queda papel para escribir, queda seco el río, mojadas las esperanzas y piedras de ilusiones, queda mucha vida, queda mucho tiempo, queda un pasado agridulce, queda mi alma enardecida víctima de la mentira más vil, quedan estrellas en el cielo, quedan también nubes, queda esta noche, esta mesa, este papel con versos, queda el abandono y el despreci

Aprendí de ti

Aprendí de ti a jugar sucio, a ser mentiroso, porque me jugaste sucio, me mentiste, porque fui pez que mordió tu anzuelo, fui rata que cayó en tu ratonera, fui el Adán que mordió tu manzana, fui el ciego que cubriste con tu venda. Aprendí, que no solo a mí me jugabas sucio, que no solo a mí me mentías cruelmente, porque yo no era el único pez que mordió el anzuelo, había más de una rata atrapada en tu ratonera, ofreciste manzanas a más de un inocente Adán y vendaste a más de un ciego. Aprendí, con dolor y lágrimas a contener tus engaños, a alejarme de ti aunque me costara días de dolor, porque al final, yo fui pez que escapó de tu tentador anzuelo, fui rata que aunque no tomó el queso, escapó de la ratonera, fui el Adán que sospechó de tu manzana maldita y no la mordió, fui el ciego que forzó su venda hasta removerla. Aprendí de ti a jugar sucio, a ser mentiroso, porque me jugaste sucio, me mentiste…

Esta noche soy poeta

Esta noche puedo ser ladrón, robar tu cuerpo y tu rostro para escribirte versos de contrabando, puedo robarte entera y hacer ilusiones imposibles, puedo caer culpable de robo agravado y gustoso reincidir. Esta noche puedo ser cursi, y escribir que te amo y te extraño cada día que te alejas, que mi alma te espera y que no quiere que te vayas, puedo ser cursi y darle el dominio al corazón, que ciego, te sigue y me pide que me mantenga cerca de ti aunque estés lejos. Esta noche puedo ser realista, y escribir que me molesta que seas como las olas del mar, que vienes y luego te vas, que a veces muy cercanos, que a veces te alejas, puedo ser realista y darle crédito a la razón, que me dice que del árbol de mis ilusiones, arranque otro fruto podrido. Esta noche soy poeta, y escribo versos para no llorar de angustia, porque la quiero, y a pesar de que todo he hecho, no he hecho nada, soy poeta y le daré crédito a estos versos que del alma al lápiz sangran, quiero que sean

Ven soledad

Ven, soledad, que estoy harto del dolor, ven, que en tu hombro quiero reclinarme hasta que duerma envuelto en lágrimas, ven, soledad que solo tú me comprendes… Ven, soledad, que me  he cortado las alas, para no volar tras lo añorado y perdido, ven que he sido víctima de mentiras otra vez, Ven, soledad, báñame en lluvia de una tarde gris, ven que te necesito, que siento que no encajo, que me muero, ven y ayúdame a escribir. Ven soledad a tomar conmigo un café sin azúcar, y a comer un trozo de pan sin sal, arrópame de frío, mójame con tu cobijo macabro y hazme dormirme en la nada, ven soledad, mi amiga leal, ven que te necesito…

Cuidado con ella

Cuidado con ella, amigo, ella es el ejemplo de que las apariencias engañan, cuidado, que su vida es una mentira latente, cuidado con ella, que esconde sus alas de gárgola tras su delgada y curva cintura. Cuidado, amigo, con lo terso de esas mejillas, que puedes caer en la trampa como muchos. Cuidado con esos delgados labios y esa sonrisa, que pueden envolverte en una tarde de sol. Cuidado, amigo, con ese color de piel, cuidado con besar esos labios o abrazarla, que luego te darás cuenta que no es el único que lo hace, cuidado amigo, cuidado con ella.

"En defensa propia"

Soy victimario, he cometido un homicidio, pero he tenido que matar en defensa propia, con el dolor de terminar el sentimiento que mataste, he tenido que balear la confusión y el sufrimiento. En tu trampa caí con novata ilusión de chiquillo, de inmaduro que no conocía el lado amargo del amor. He descubierto tu mentira, la falsa imagen que difundías, he tenido que matar el sentimiento en defensa propia. Hoy, no vale y no significa nada una amistad, el hueco en el alma no se cierra con palabras, esas, esas se las lleva el viento, como tus falsas palabras y la ilusión muere como hojas secas en el camino mojado. He tenido que alejarme de ti, en defensa propia, y me da pavor que nos encontremos de nuevo por casualidad, el hueco en mi alma es muy grande y no hay culpables, no soy culpable yo, porque maté en defensa propia, ni tú por decepcionarme tan bruscamente, solo sé, que tuve que matar en defensa propia.

¿Quién?

Hoy que has decidido irte y engañarme, hoy que eres feliz junto a él, hoy que no me necesitas más, me pregunto qué harás… ¿Ahora quién te pensará mientras duermes? ¿Quién te llevará frutas, chocolates o libros? ¿Quién te enviará un mensaje de buenos días? … ¿Quién te robará en las madrugadas para escribirte? ¿Quién te cantará un verso enamorado? ¿Quién regará las flores de mi ilusión partida por la mitad? Hoy que te has ido tan bruscamente de mí, me pregunto qué harás en soledad, quizá me olvides y yo quede como los demás, quizá te preguntes a quién perdiste en realidad… Hoy que escribo mis últimos versos para ti, amargos quizá, me pregunto qué haré… ¿Ahora a quién le escribiré antes de dormir? ¿A quién me robaré como musa de mis versos nuevos? ¿A quién cantarle poesía alegre, feliz y hermosa? ¿A quién? cuando ya es poca la esperanza de encontrar una mujer que escuche y se enamore de un poema… ¿A quién le escribiré?… ¿A quién?….

Muchacha del andén

Nadie sabe por qué razón ella llora, llora temprano en el andén, el viejo tren se aleja imparable, el margen de sus ojos claros se enrojece, y una lágrima transparente quiere salir. ¿Llora por un amor que se fue? ¿O quizá un hijo que se despide? Nadie lo sabe, pero sus mejillas jóvenes, impecables lloran mirando al viejo tren. Su rostro desconsolado se deja ver, entre su bufanda y su sombrero negro, nadie sabe por qué llora la muchacha, nadie sabe cómo intentar consolarla. El tren se aleja y el sol se alza imponente, la muchacha sentada no deja de llorar, nadie sabe por qué, pero su rostro mojado, sus mejillas enrojecidas y su piel blanca, entristecen toda la estación… La gente pasa indiferente, ella con su cabeza a medio alzar, llora… El tren se fue… Nadie sabe por qué razón ella llora.

Soy aquella criatura

Soy aquella criatura que puede amarte aún si la maltratas, amor incondicional que tú nunca sentirás, porque no entiendes mi idioma, ni yo el tuyo, solo sé que te amo, y que cuando te marchas muero de tristeza, que cuando regresas mi felicidad es indescriptible, que te extraño cada minuto que no estás. Soy aquella criatura que extraña una caricia tuya, un gesto de cariño, unas cosquillas... Soy aquella criatura que disfruta dormir en tu regazo, que ama tu olor y lo siente cada vez que regresas... Soy aquella criatura que te defiende a toda costa, que te respeta y no espera nunca de ti abandono ni maltrato, soy más fiel que cualquier otra criatura, porque te amo, porque me debo a ti para siempre y por siempre. Soy aquella criatura que pasa frío fuera de casa, que se arropa con su pelaje sedoso y caliente, soy aquella criatura que solo espera de ti cariño sincero, mismo cariño que te doy y te daré toda mi vida, soy aquella criatura a la que sueles llamar mascota.

Ilusión temprana

Esta noche, el papel arrugado junto a mi mesa despierta, se conecta con mi mente y me pide que le escriba, mi mente sumisa al papel comanda mi brazo hacia el lápiz, que comienza a darle vida a mis confundidos sentimientos. Esta noche, la cafeína de mi taza se transforma en poema, el hecho de que ella partiera se transforma en mi sentimiento, la falta que me hace ella se transforma en mi motivo, y ella se transforma en mi musa. Esta noche, la media luz que ilumina mi lienzo blanco me recuerda sus ojos, el olor de mi café negro me recuerda su cabello, el barniz de mi mesa me recuerda el color de su piel, y el delgado de las patas de mi cama me recuerdan su cuerpo. Esta noche, una lágrima brota mientras le escribo, porque a pesar de que todo hice, ella vuelve a ser una desconocida, tal como empezamos, lloro porque no pude despertar en ella amor, lloro porque topé con un corazón tan lastimado que solo tiene hielo y leña verde. Esta noche, el papel arrugado junto a

Traigo

Traigo estrellas por si se te nubla el cielo, traigo apoyo por si te caes un día... traigo los te quieros regalados que te has ganado traigo una hoja seca que ha caído y que me recordó tu sonrisa, traigo el niño que no dejé escapar de mí y que hoy te escribe, traigo las ganas de ver tu cuerpo y tu piel morena, tus ojos, traigo el frío de la noche para que juntos lo matemos, traigo hierro en mi pecho para que lo fundamos en un abrazo, traigo el sentimiento a flor de piel para que tú lo sientas, traigo las ganas de ablandar tu corazón corroído por el tiempo, traigo fuego para que arda esa madera que envuelve tus sentimientos, traigo los besos frustrados de mi vida para que me hagas olvidarlos de aquí a mañana, traigo la inocencia intacta del amor que he guardado para entregartela a raudales, traigo esta alma que ha decidido reposar en este cuerpo por un tiempo para que la acompañes, traigo este cuerpo y este ser que ansía ser querido para que lo complementes, traigo unos o

Yo también soy un estúpido

Yo también soy un estúpido, yo también caí en la trampa de una mujer mentirosa, yo también sentí mucho por quien no sentía nada, yo también confundí el amor con la amistad… Yo también soy un estúpido, yo también dejé ir a más de una buena mujer, persiguiendo algo tan vacío como la belleza superficial. Yo también soy un estúpido, yo también me dejé llevar por la cáscara de una manzana roja, manzana que tenía el interior podrido de mentiras e hipocresías, Yo también soy un estúpido, que perseguía las estrellas cuando la luna me decía: “¡Estoy aquí!”. Yo también soy un estúpido, que se causó dolor a sí mismo porque quiso… Yo también soy un estúpido, y por ello, tengo que escribir estos versos… Y los leeré una y otra vez más para darme cuenta que yo también soy un estúpido.

Recorrido

Recorro otra vez tu cuerpo desnudo, revestidos tus cabellos de negro, beso lentamente tu cuello blanco y crudo, lento y ansioso a la vez, hacia abajo emigro. Lento y veloz observo ardiente tus senos, sudando las manos y amoldándolas a tu busto, acaricio sutil tu tejido con impulsos suaves y asesinos mientras mis brazos tenues a tu pecho ajusto. Una cama y el calor recíproco nos acompañan, los testigos somos solo tú y yo, cómplices nocturnos, una luna afuera y un olor a ti que me incitan… Ya relajados los rayos de la mañana nos bañan, y me recuerdan que junto a ti dejamos de ser taciturnos, un sol afuera y un olor a ti que me excitan…

"Señorita"

Señorita, a usted le gustan esos hombres, esos hombres entre comillas, de una tarde, de un fin de semana, de una noche, de un hotel barato, de “nada formal”… Señorita a usted le gustan esos hombres, de sexo y esquina, de sexo y adiós… Señorita a usted le gustan esos hombres, o quizá no, quizá se resigne a creer que los que quedamos somos todos así, y se conforme con valorarse tan poco. Señorita a usted le gustan esos hombres, esos que piensan que entre más mujeres hayan tenido, más hombres son, y usted alimenta su pseudo-machismo… Señorita a usted le gustaban esos hombres, pero ya hoy ha perdido su chispa, su belleza exterior tan vana, ya esos hombres entre comillas no la vuelven a ver como antes. Señorita ahora a usted le gustan esos hombres, esos de zapatos negros, pantalón largo, saco, flores y poemas, ahora le gustan esos hombres que rechazó por miedo a la formalidad, pero esos hombres, esos buenos hombres, tampoco la vuelven a ver ahora…