“Pre-mortem”


Duele porque a veces
he entregado pedacitos de mí,
duele como cuando arranco
pedacitos de piel de mi labio inferior.
Pero tampoco es justo pensar solo en mí.

Duele porque a veces
me han entregado más de lo que doy,
duele como el estómago
cuando he comido de más.
Pero tampoco es justo recibir y no dar.

Duele porque a veces,
he esperado más de alguien, o de la vida,
duele como cuando los músculos
están sobrecargados de ejercicio.
Pero tampoco es justo sentarse a esperar.

Duele porque a veces,
veo vidas incluso más rotas que la mía,
duele como cuando el hambre cala
y no hay nada qué comer.
Pero tampoco es justo decir:
“Ese no es mi problema”

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