“Cabalgata ascendente”


En los lomos de mi vieja bicicleta
la vida me escupió,
me sacó el dedo de en medio,
me hizo morder el polvo.

En los lomos de mi adolescencia,
sentado, diáfano, esperaba,
mientras mis actos hablaban
lo que callaba mi escasa voz.

Mi mente como máquina mágica,
Transmutó, como cobre en oro,
las ofensas en motivación,
para callar cada una de las bocas.

En los lomos de mi vehículo,
trascendido, vuelvo donde fui escupido.
Hoy, sé qué tan justa ha sido la vida
con los justos… Y también con los injustos.

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