“Escudo mental”


Como un visitante del mar,
observo una ola de ovejas blancas,
chocar contra mi libre pensar
como el agua salada golpea la piedra.
Como un anciano profeta,
observo hacerse realidad
aquellas afirmaciones que hacía,
y por las que me trataron de loco.

Con el paraguas de discernimiento,
he de observar a mentes vacías mojarse,
y hundirse en los enormes charcos
del chaparrón de la ignorancia.

En el gimnasio de las letras
abierto las veinticuatro horas,
está el entrenamiento para el mejor músculo,
y todos podemos elegir nuestra rutina.


Comentarios

Entradas populares de este blog

“Porcentajes”

“Solo amémonos como niños”