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Matemáticas

Ella intentó elevarse al cuadrado, quería que su exponente fuera más alto, sin embargo seguía siendo el lado desigual de complicados triángulos isósceles. Ella quería ser un número absoluto, quería siempre ser positiva, pero conseguía solo ser raíz cuadrada de un número negativo. Él, buscaba ser ángulo recto, casi rendido se vio entre triángulos que se empeñaban en no ser rectángulos. Él buscaba circunscribir a una mujer, pero ninguna encajaba con el número pi que usaba como constante. En un giro inesperado de la vida, el compás del Creador dibujó un círculo perfecto, el diámetro de ella cubría en su totalidad mi círculo, y ahora giraba en mi mente, como aquel compás. Al final, cerraban los tres lados de un triángulo que estaba circunscrito en nuestro círculo. Ahora somos la derivada de la función identidad. y tendemos al infinito.

¿Qué habrá traído la medianoche?

¿Qué habrá traído la medianoche? que incita a los más bajos instintos de mi mano izquierda a tatuar el papel. ¿Qué habrá traído la medianoche? que me llena de pensamientos que giran como una esfera de neón en la oscuridad. ¿Qué habrá traído la medianoche? que deshoja los pétalos de la rosa que envolvían mis sentimientos. ¿Qué habrá traído la medianoche? que me entremezcla el café con la cara de una joven mujer. ¿Qué habrá traído la medianoche? Ha traído una esencia, un motivo, un recuerdo y unos ojos por los cuales son verdad estos versos. La ha traído a ella.

“Más adentro”

Mis ojos se reflejaron en sus ojos, otra vez. Las cuatro pupilas, se hincharon, otra vez. Ya no veíamos nuestros cuerpos, ya veíamos más allá, más dentro. Mi cuerpo tembló por unos segundos, otra vez. Ella me contagió su esencia, otra vez. Ya no dudaba si aún la amaba, ya lo sentía, más allá, más adentro. Mis brazos fueron volando a abrazarla, otra vez. Su ser me transmitía esa hermosa paz, otra vez. Yo ya no dudaba de ella, me relajaba, más allá, más adentro. Mi cuerpo y alma reaccionaron felices, otra vez. El corazón y la razón gritaban al unísono, otra vez. Yo quería estar con ella, Mi corazón confirmó que la amaba, más allá, más adentro.

Manual para besar

No lo ruegue, no se lo robe, no lo pida, no lo exija. Hágalo que surja, haga que a ella se le humedezca la boca con el solo hecho de ver sus labios. Ella mirará sus labios con deseo y usted verá las pupilas de ella dilatarse, empezando a desear sus labios carnosos. Empiece acercándose por su mejilla, ella lo consentirá si usted se lo ha ganado, y ambas bocas, de la nada se rozarán. Deje que vaguen sus labios por los de ella, que su lengua sea libre pensadora y viaje donde encuentre otra en su camino, ella encontrará con quien jugar unos segundos … O minutos… Si su miel y la de ella reaccionan como bicarbonato y limón, habrá encontrado donde poner su corazón y duplique su puntaje si al final le muerde con suavidad el labio inferior.

“Problemas médicos”

Ella dice que soy un muñeco de repostería, como esos que hay exhibidos en vidrieras de tardes frescas y nubladas, y que si me come en exceso, es peligroso que adquiera diabetes. Yo no dudo en mi posible hipertensión cada vez que sé que la voy a ver, y la amnesia del pasado negativo me llena de pensamientos exclusivos en ella. Ella cada vez que me besaba tenía glucemias más altas y mi presión arterial subía igual y al ritmo de la de ella. Los corazones de ambos habían salido de intervención quirúrgica, ahora tienen cicatrices, pero a pesar de ellas pueden amar de nuevo, como sobrevivientes y dados de alta en el hospital de la vida.

“Eclipse”

Noche sin luna, sin viento, sin lluvia y con ella en la imprenta de mi mente. Recordaba sus labios, tan ligeros pero tan mágicos, esos que pueden crear adicción, esos que pueden apagar la razón Recordaba sus ojos; Me miraron una vez enamorados, tanto, que las pupilas dilatadas parecían la luna cubriendo en un eclipse al sol, en el fondo de su iris verdoso, ese que amo. Noche sin luna, sin viento sin lluvia y con ella en  una imagen impresa a color por mi mente

“Ceguera”

Como sarro que se acumula en la parte superior de los dientes, me queda aún eso que sentí, eso que me enamoró… No quiero cepillarme los dientes. Como el óxido de hierro que corroe las latas de los techos, me queda aún eso que sentí, eso que me enamoró… No quiero cambiar mi techo. Como madera carcomida por el comején, me queda aún eso que sentí eso que me enamoró… No quiero que se muera el comején. Como noches nubladas sin luna, de café frío y lluvia débil y necia, me queda aún eso que sentí eso que me enamoró… No quiero que escampe. Como recuerdos en las neuronas que aún recorren cada dendrita, cada célula, hasta la glándula pituitaria… me queda aún eso que sentí eso que me enamoró… No quiero–ni puedo–limpiar mi alma…

“Muñeca rusa”

Él sabía lo que ella valía, que había tenido el arte para hacer en su mente una obra con ella de personaje principal Él sabía apreciar en ella todo, sabía apreciar su cuerpo desnudo unos días como una obra de arte hecha mujer y otros como la piel que le hacía hervir su sangre apasionada. Él sabía que tenía un complemento que era oro puro tanto de cuerpo como de mente, que tenía a su lado un delicado balance entre inteligencia y amor. Él sabía que en ella había un ángel, un demonio, una bestia en la cama y una compañía en la adversidad, alojadas todas en un mismo ser, como muñecas rusas. Él sabía cómo y cuándo despertar a cada una…

“Ecos espaciales”

Esta noche, como todas, bailan las enanas blancas y las gigantes rojas, el negro de la noche es como el de la taza de café donde mi rostro se refleja. Siento otra vez los ecos de su susurro; la extraño. Las letras fluyen en el papel como cuásares, la distancia que me separa de ella se puede medir casi en unidades astronómicas, Siento otra vez los ecos de su susurro; la añoro aquí. El silencio que ha abundado entre nosotros, es como el que puede sentirse al navegar entre lo profundo de la materia oscura. Siento otra vez los ecos de su susurro; la quiero. La química, la luz, el calor de unos labios ansiosos, ha sido absorbida por el agujero negro del tiempo, quisiera que una onda gravitacional atrasara los hechos, y me la devolviera como cada veintiocho días devuelve a la impertérrita luna a su fase llena. Siento otra vez los ecos de su susurro; la amo.

Por ti

Por ti, por ti quiero ser esos pies que no siguen caminos, sino que los crean. Por ti, por ti quiero ser la  carta que  falta en el mazo de tu naipe. Por ti, por ti quiero ser el dominó que se mantiene en  pie cuando sus antecesores han caído. Por ti, por ti quiero ser el salmón del río, y nadar contra la corriente. Por ti, por ti inventaría un nuevo color, que ilustre el sentimiento que inventé. Por ti, por ti he dejado plantado un árbol, que tiene raíces  que apuntan a ti, raíces que si es designio de Dios, harán que un día tu regreses a mi.

“Profesiones y confusiones”

Una vez más, nado en la disyuntiva de no saber sobre qué escribir, un café, una libreta y un par de pedazos de pan disjuntos me acompañan. Si fuera biólogo, escribiría que me siento extraño, que mis células solo son eucariotas si está ella conmigo, hoy son procariotas. Que mis células solo eran diploides con ella, hoy son haploides. Si fuera abogado, escribiría que no hay contratos que no se rompan, menos en lo sentimental, que en el amor no hay asociaciones ni leyes, y si las hubiera, estarían hechas para prescribir con el tiempo. Si fuera informático, que lo soy, escribiría que sin ella mis líneas de código no tienen punto y coma, que mis operadores lógicos son ahora O y no Y, que cuando compilo mi mente, la necesito a ella para que traduzca mi código fuente a binario. Si fuera pintor, escribiría que la he pintado tantas veces con palabras, que hay muchas para las que se debería inventar un color, que ella es una mezcla perfecta de colores fríos y cáli

Desbalance

Le faltó un poema a este fin de semana, faltó un par de labios, un abrazo y ella. Sobraron sentimientos, sobró el insomnio. Sobraron grietas en mis recuerdos tan bellos. Faltaron ganas de dormir, faltó decirle que la extraño, faltó decir que he hecho un acto de amor: Dejarla ir a ordenar los muebles de la sala de su alma. Sobra ilusión de que ella construya su vida de nuevo, me sobran las ganas de verla feliz, sobra decir que la soledad para ella será cura y sanación. Falta decir que al hacer contabilidad de esta semana, los números no cierran en mi corazón. Sobra decir que a pesar de que ella ha hecho lo correcto… la extraño.

Acompáñame

Acompáñame como lo has hecho durante tantos años, a escribirte versos, tantos como gotas de esta lluvia. Acompáñame a una colina de árboles frutales a coronar la tarde con el fruto de nuestros besos mientras el sol besa el relieve y se colorea naranja. Acompáñame a trazar uno a uno los versos que tatuados en papel, serán la historia que leeremos en el futuro, acompáñame a escribir nuestro libro juntos. Acompáñame a ser uno solo en las noches de frío a fundirnos como magma en un abrazo a generar esa reacción química de uno de nuestros besos. Acompáñame a vivir…

Mientras

Mientras se preguntaba ahora cuál era su lugar en el mundo, sabía que ya todo estaba dicho: la ruleta rusa no lo favorecería y la bala le disparará en la cabeza pronto. Mientras reflexionaba el por qué en la misma medida que había triunfado en esa misma medida hoy había caído, tomaba un sorbo de café tibio. Su vida oscilaba ahora como péndulo de un viejo reloj. Mientras sabía que quedaba poco para tocar el fondo al que nunca pensó llegar, empezó a pensar en que toda acción tiene una reacción, y que todo y todos los que lo llevaron a ese fondo caerán por su propio peso. Mientras veía todo caer a pedazos, en el fondo aguarda la esperanza de que la bala de la ruleta rusa lo llevara a otro lugar, donde la humillación y la injusticia no lo embargaran, y que el reloj tenga baterías nuevas y el péndulo vuelva al lugar que lo vio triunfar una vez. Mientras el café se acababa en la taza, pensaba que: un marinero ha sido echado por la borda, por un capitán preocupa

Transición

Una taza húmeda de café frío, los residuos de unas galletas a medio comer, moronas de pan de la mañana aún quedan en su mesa. Residuos de divisiones entre números impares. Rocío matutino que va a absorber el sol de la mañana. Nubes de una tormenta que ya pasó, es lo que gobierna en mi pequeña casa. Un corazón que levanta su letrero de "Cerrado". Una autopista que quiere volver a ver vehículos pasar. Una boca que ávida espera volverse a mojar. Mis zapatos están lustrados de nuevo. El letargo ha pasado y empieza un punto de inflexión. Mis ojos resecos quieren volverse a humedecer con otros ojos...

“Noche de febrero”

Se enfría el café y mengua la luna al ritmo de una noche de febrero, se debilitan los vientos y taciturnos se tornan los versos. Y piensa: Amor y odio son polos de una misma cosa, como frío y calor son polos de la temperatura, ahora quiere sentirse impune de lo que fue su delito: amar un día y ser extraños el otro… Hoy, aquel adulto con ráfagas de adolescente tiene veintiséis, robó una noche de lluvia el amor intenso de una mujer, lo mantuvo como pétalos en rosa marchita mientras pudo, sin embargo el ruido de la vida la apartó de él, se ha quedado solo… Ella, menor que él, vivirá su vida y lo verá a él como alguien más, efímero y pasajero como visitante de un tren, comparado con lo que ha vivido, él solo fue una pizca de felicidad con quien compartió su vida la mitad más uno de un año. Trémulo sacude el viento una hoja de palma, como trémulo es el sorbo de café que derramó una gota en el papel, gota, que quedará como sello de aquella noche de febrero,