Manual para besar

No lo ruegue, no se lo robe,
no lo pida, no lo exija.
Hágalo que surja,
haga que a ella se le humedezca la boca
con el solo hecho de ver sus labios.

Ella mirará sus labios con deseo
y usted verá las pupilas de ella dilatarse,
empezando a desear sus labios carnosos.

Empiece acercándose por su mejilla,
ella lo consentirá si usted se lo ha ganado,
y ambas bocas, de la nada se rozarán.

Deje que vaguen sus labios por los de ella,
que su lengua sea libre pensadora
y viaje donde encuentre otra en su camino,
ella encontrará con quien jugar unos segundos
… O minutos…

Si su miel y la de ella reaccionan
como bicarbonato y limón,
habrá encontrado donde poner su corazón
y duplique su puntaje
si al final le muerde con suavidad el labio inferior.

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