Matemáticas

Ella intentó elevarse al cuadrado,
quería que su exponente fuera más alto,
sin embargo seguía siendo el lado desigual
de complicados triángulos isósceles.

Ella quería ser un número absoluto,
quería siempre ser positiva,
pero conseguía solo ser raíz cuadrada
de un número negativo.

Él, buscaba ser ángulo recto,
casi rendido se vio entre triángulos
que se empeñaban en no ser rectángulos.

Él buscaba circunscribir a una mujer,
pero ninguna encajaba con el número pi
que usaba como constante.

En un giro inesperado de la vida,
el compás del Creador dibujó un círculo perfecto,
el diámetro de ella cubría en su totalidad mi círculo,
y ahora giraba en mi mente, como aquel compás.

Al final, cerraban los tres lados de un triángulo
que estaba circunscrito en nuestro círculo.
Ahora somos la derivada de la función identidad.
y tendemos al infinito.

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