“Muñeca rusa”

Él sabía lo que ella valía,
que había tenido el arte para hacer en su mente
una obra con ella de personaje principal

Él sabía apreciar en ella todo,
sabía apreciar su cuerpo desnudo
unos días como una obra de arte hecha mujer
y otros como la piel que le hacía hervir su sangre apasionada.

Él sabía que tenía un complemento
que era oro puro tanto de cuerpo como de mente,
que tenía a su lado un delicado balance entre inteligencia y amor.

Él sabía que en ella había un ángel, un demonio,
una bestia en la cama y una compañía en la adversidad,
alojadas todas en un mismo ser, como muñecas rusas.

Él sabía cómo y cuándo despertar a cada una…

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