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Mostrando entradas de julio, 2021

Martes 13

  En noches como esta, he apretado mis puños y he comprendido la importancia de construirme a mí mismo. Hoy me sostiene lo que construí, me sostiene el amar lo que hago, me levantan las bases que armé y mientras las erguía, me caí muchas veces. Soy una mezcla de experiencias blancas y negras, si pudiera observarlas serían como ver un tablero de ajedrez. Ya no duele, aunque me vuelva a pasar, aquello que una vez dolió mucho porque construí bases, porque soy mucho más que el yo del pasado. Sigo creyendo en mi Dios…

Si se callara el ruido

  Si se callara el ruido, los silencios hablarían y los te amos se dirían con las pupilas dilatadas de unos ojos claros. Si se callara el ruido moriría el arrogante, y harían ruido los grillos y más gente voltearía a mirar la luna taciturna. Si se callara el ruido, de las bocas con frases trilladas, moriría lo falso del interés, Si se callara el ruido, surgiría todo sin forzarlo… Si se callara el ruido me alcanzaría esta media hora que le queda al día para escribir estos versos.

Impás

  A veces la paz mental necesita limpiar la mente como agua a presión sobre el verde musgo del cemento. A veces entre un beso conocido y un beso nuevo, debe haber un enjuague mental con el Listerine de la razón. El tiempo pasa a segundo plano y entre sacar un clavo y meter otro no importa si necesitas semanas, meses o años, pero se debe descansar. Una vez desintoxicada, la mente querrá estar sola, tanto, que no querrá bajarle la luna a alguien, sino solo sentarse debajo de ella… a contemplarla…

Sui generis

  Él no sabía cortejar, eso que ella llamaba “echar el cuento”. Lo que tampoco sabía, es que justamente eso era lo que lo hacía especial. Ella, cansada de frases trilladas, de hombres que imponen su ego que buscan solo carne fresca, encontró en él algo que surgía… Se le aparecía en una corta conversación, tres días no, uno sí, luego otros tres no, pero ese día que aparecía, tocaba fibras que hacían que ella se acostara con las pupilas dilatadas, el corazón hinchado y los ojos brillosos… Ella pensó que quizá entre tanta trivialidad, lo que surge así era lo que ella estaba esperando, y ansiaba esa primera salida, como se ansía el desayuno… Pensó también que donde todo surja, donde no haya que pedir el primer beso, donde la primer caricia sea mutua, donde el amor no existía pero se construyó, donde no se dan cuenta cuando se pasa de amigos a novios… Ahí es…

Ave de paso

  En mi camino empedrado, he comprendido lo que soy o quizá ni siquiera soy quizá solo fui y seré, porque el presente, es un milisegundo entre el pasado y el futuro. Comprendí que puedo escoger entre tener una vida larga y aburrida, o una corta y emocionante. Comprendí que en mi esencia está lo que es correcto e incorrecto, desafíe esto o no al orden asqueroso establecido por la suciedad de la sociedad. Comprendí que el amor no existe, que se construye, que es de las pocas cosas que podemos crear sin usar herramientas, tan abstracto, tan bello, tan alejado de la carne y del cuerpo… Comprendí también, que no soy más que vida, que paradójicamente ha escogido mi cuerpo para pasar un tiempo, como ave de paso…

Post-pandemia

  Si yo te contara el porqué de mi saludo tan distante no me creerías el motivo… Si yo te contara del año en que me taparon la sonrisa me callaron las ideas y me metieron en mi casa… Si yo te contara que si bien las redes sociales nos distanciaron, fue un microscópico virus el que redujo a mera existencia la palabra humanidad… Si yo te contara cómo éramos antes de esto no entenderías mi concepto de la palabra felicidad.

Tres décadas

  Tres décadas una de niñez, una de adolescencia, una de adultez. Hoy veo mi vieja niñez y mi vejez niña. la noche y el día pasan más rápido. Mis cabellos pintan una que otra traviesa cana. Cada año un ladrillo que construyó mi mente tan densa. Cada escalón un paso más a un cerro que nunca encontrará cumbre, porque en mí no existe la mediocridad Tres peldaños, uno de bronce uno de plata, y deseo que el tercero sea el de oro.

El vino de la vida

  Aprendí que las palabras tienen más filo que un cuchillo, especialmente si son pocas… Aprendí que las despedidas definitivas no necesariamente mencionan la palabra adiós. Aprendí que puede ser mejor vivir menos y vivir intensamente que vivir mucho pero monótonamente Aprendí que no hay malas ni buenas decisiones sino solo decisiones, Uno decide las consecuencias… Aprendí a beberme la copa de la vida cada vez con sorbos más pequeños, sin embriagarme de tragos de impulso.

La mente navegante

  En los primeros kilómetros del año, pujante navega la mente diáfana. Tiene demonios encerrados y fantasmas que se debilitan con luz. Déspota la tentación del instinto amenaza con destruir la razón, mientras en una jaula viven el miedo, el odio y la ira. Decide la mente navegante, quitar el signo negativo de la ecuación. y como raíces que toman fuerza se siente una supernova explotando. Despierta, la mente se da cuenta que hay alquimia en sus ideas, que puede mover el mundo por sí sola, avanza con inteligencia y un par de vendas en un cicatrizado corazón.

El paraguas de papel

  El poeta resignado pensaba que no quedaban muchas que quisieran ser cubiertas por un paraguas de letras. El poeta sabía que si llegaba una musa real, cada cena con ella sería un pretexto, para llegar a casa a escribirle. El poeta mesurado, no la idealizaría, pero recogería cada rasgo de ella en una poesía nueva. Tendría un texto contra la tristeza, uno para borrarle los complejos, otro para aliviarle el pasado, y uno contra las lluvias de la vida, en su paraguas de papel y letras.

La silla y el péndulo

  Desde una silla que armé con cartas de naipe, observo lo efímero de lo que era eterno, una pareja feliz ayer, rota hoy, un día al máximo de salud, al otro no puedo caminar… La vida son tres puntos suspensivos, lo bueno, lo malo, lo lindo y lo feo se enumera con comas, el   presuntuoso que vive poniendo puntos y aparte escribirá un texto mal redactado de recuerdos. Consciente de lo frágil de mi silla, tengo alternativas por si se cae una pata. Pobre del que se cree sentado en el trono y actúa como bufón que se siente rey. La vida es un viejo péndulo de un reloj donde los extremos son lo bueno y lo malo las alegrías y las tristezas, es inevitable, está en uno cómo disfrutar el extremo bueno y sacar oportunidades y resiliencia del malo.

Autoconsejos

  Puedo volver a abrir las cortinas de aquel hermoso arte de escribir. La poesía tiene tanta misericordia como el mismísimo creador. He aprendido mientras tanto, que no se puede caminar por la vida, pretendiendo hacer el bien sin orden, es caminar los cordones de los zapatos sueltos. He aprendido que los tres péndulos; intelecto, emociones y sentimientos deben oscilar lo menos posible, solo así podré saberme trascendido. Mis auto consejos han sido: Que no te hundan los instintos, Que no te traicionen tus sentimientos, y que tu intelecto reine sobre tu mente y corazón.

Cuando el amor y la muerte se abrazan

  Cuando el amor y la muerte se abrazan es como tratar de endulzar el café con sal. Es acortar la distancia entre los polos opuestos que supone la dicotomía entre amor   y odio. Cuando el amor y la muerte se abrazan caminan juntos en un sendero incierto, con un rumbo tan definido como el de un bebé en sus primeros pasos. Cuando el amor y la muerte se abrazan, es como tratar de respirar aire fresco, en un bosque de árboles talados. es buscar flores en plantas gimnospermas. Cuando el amor y la muerte se abrazan llevan los dos al mismo camino, porque se sabe que el amar requiere siempre morir un poco…

Fruto de Abedul

  Ya ha pasado la tempestad, en forma de adolescencia, en forma de inmadurez, ya he comido mucha mierda. No quedé resentido, o quizá sí lo estuve, hasta que entendí que la vida, cuando más injusta parece, es cuando da las mejores lecciones. Hay más peso en mis palabras, hay menos miedo en mis acciones, hay más fuerza en mi andar, hay más realidad en mi día a día, hay más sed en mis ambiciones. Soy el fruto de una historia de vida, que ha hecho que me sacuda el polvo, y que no exista una peligrosa zona de confort. Ahora subo una montaña interminable , donde el alto de su cumbre lo decido yo.

Pomada canaria

  No soy médico, pero una dosis de letras, puede curar más que la medicina cuando lo abstracto adolece. No soy abogado, pero con un poema sencillo puede ejercerse el derecho a la respuesta, cuando la razón le gana el juicio al corazón. No soy psiquiatra, pero he curado crisis nerviosas, con un vómito de tinta sobre papel, y sin recetar ni una sola pastilla. Esta noche soy poeta, y podría citar mil oficios más, y en todos ellos la poesía podrá entrar como cura e invasora

Libre y soberana

  Yo era tan día, ella tan noche. Yo era trova y melodía, ella era bulla y derroche. Yo era tan ochentas, ella tan dos miles. Yo era tan de cuentas, ella era fiesta y desfiles. Yo era enemigo de la bulla, ella tan salsa y bachatita. Yo era el del Corolla, ella andaba en el Hondita. Yo no soy el bueno, ella no es la villana, Yo soy así y me siento pleno, ella es libre y soberana.