Desierto
Me he perdido otra vez en esas arenas,
arenas blancas que cubren tu piel cálida.
Comienzo poco a poco a sudar
con el calor de tus labios carnosos.
arenas blancas que cubren tu piel cálida.
Comienzo poco a poco a sudar
con el calor de tus labios carnosos.
Recorriendo el árido andar con el camello de mis labios,
encuentro descanso recostado en la calidez de tus muslos.
Continuando mi recorrido por la estrechez de tu cintura,
que me resulta delgada como el tronco de una palma,
encuentro que poco a poco aumenta la sed de mi cuerpo,
aún no encuentro un oasis donde apagar mi cuerpo sediento.
que me resulta delgada como el tronco de una palma,
encuentro que poco a poco aumenta la sed de mi cuerpo,
aún no encuentro un oasis donde apagar mi cuerpo sediento.
Andando hacia el norte y con mis labios secos y agrietados,
encuentro un lecho y adrenalina en las dunas de tus senos,
donde a media tarde me recuesto y descanso, en tu árido desierto.
encuentro un lecho y adrenalina en las dunas de tus senos,
donde a media tarde me recuesto y descanso, en tu árido desierto.
Al llegar al norte de tu desierto encuentro arenas delicadas y finas,
y mi boca las besa como si fuesen tus mejillas ansiadas,
unos hilos de oro ondean en el cielo de tu mágico desierto
y mis ojos los miran como si fuesen tus cabellos dorados.
y mi boca las besa como si fuesen tus mejillas ansiadas,
unos hilos de oro ondean en el cielo de tu mágico desierto
y mis ojos los miran como si fuesen tus cabellos dorados.
Y al fin entre tanta magia hallo dos oasis,
me acerco para descartar un espejismo,
y encuentro la verdad, la profundidad de tus ojos azules,
donde me siento y satisfago la sed de mi cuerpo y mis ojos.
me acerco para descartar un espejismo,
y encuentro la verdad, la profundidad de tus ojos azules,
donde me siento y satisfago la sed de mi cuerpo y mis ojos.
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