“Mi vieja amiga”

A media asta ondean las banderas
de un delirio nocturno  que late
como cada gota que resuena en el techo.

El monocromático lado izquierdo del cerebro
contrasta con el colorido derecho
como el prisma que transforma la luz blanca.

El lápiz escribe con la fuerza de mi mente,
casi traspasando el papel para plasmar el desahogo.
tres manecillas de reloj en bucle se mueven en la pared.

Los ladridos de los perros lejanos auguran el abrazo
de una vieja amiga que conocí hace algunos años,
con cuerpo de versos y estrofas, poesía amada mía.

Conversé de nuevo con mi yo lírico nostálgico,
que comenzó a volver por medio de sueños,
remiendo eterno para el corazón,
en tiempos donde hay un letrero de clausurado.

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