Entradas

Desierto

Me he perdido otra vez en esas arenas, arenas blancas que cubren tu piel cálida. Comienzo poco a poco a sudar con el calor de tus labios carnosos. Recorriendo el árido andar con el camello de mis labios, encuentro descanso recostado en la calidez de tus muslos. Continuando mi recorrido por la estrechez de tu cintura, que me resulta delgada como el tronco de una palma, encuentro que poco a poco aumenta la sed de mi cuerpo, aún no encuentro un oasis donde apagar mi cuerpo sediento. Andando hacia el norte y con mis labios secos y agrietados, encuentro un lecho y adrenalina en las dunas de tus senos, donde a media tarde me recuesto y descanso, en tu árido desierto. Al llegar al norte de tu desierto encuentro arenas delicadas y finas, y mi boca las besa como si fuesen tus mejillas ansiadas, unos hilos de oro ondean en el cielo de tu mágico desierto y mis ojos los miran como si fuesen tus cabellos dorados. Y al fin entre tanta magia hallo dos oasis, me acerco para desca...

“Poema para una despedida”

Si me dices “adiós” que sea para nunca volver, quiero que esto solo duela una vez, que la muerte tarde o temprano llega, una sola vez... y una despedida suele ser una muerte en vida. Si te despides, no dejes rastro de ti en mí, de los recuerdos me encargo yo, y de olvidarte se encargará el tiempo y la vida. No seas como una estrella del firmamento, que desaparece al amanecer y regresa al anochecer, prefiero que seas como la luna nueva, que está presente pero no la logro ver. Si te vas, por favor, no vuelvas, que las despedidas no deben repetirse, que si algo nos separó una vez, que ese algo nos separe por siempre.

"Si vuelves"

Si vuelves, encontrarás un corazón secándose al sol, encontrarás una casita con el techo mojado, las ventanas entrecerradas y una puerta entreabierta. Si vuelves, encontrarás un árbol retoñando, con frutos maduros en la copa, con hojas mojadas y gotitas de rocío. Si vuelves, encontrarás un alma remozada, un corazón con pegamento a medio secar y un muchacho nostálgico que te escribe aún. Si vuelves, encontrarás un amanecer soleado, un cielo despejado y unas montañas mojadas por rocíos nocturnos. Si vuelves, encontrarás un alma comprometida, una mujer que ama estos versos, unos niños corriendo por mi casa y un hombre que te dirá "ya es tarde".

Soldado

Soy un soldado, joven, pero soldado al fin, el arsenal de mi ejército consiste en letras, yo por mi parte, llevo vasta munición de sentimiento, está rodeada mi cintura con balas que son versos, que en ráfagas forman estrofas con palabras que riman. Refugiado en las hondas trincheras del papel, asomo solamente mi mano y aprieto el gatillo de mi pistola de grafito, para bombardear de música las hojas. Lanzo granadas de sentimiento que junto con las balas, siempre tiran a matar, a matar la tristeza, el desamor y la soledad. Soy un joven soldado que levanta su pecho en la guerra, en la guerra que disputa el corazón y la razón, herido, trato de seguir disparando balas de grafito que hieran el papel, que maten tristezas, desamores y soledades, y a pesar de que estoy herido, joven y rasgados están mis poemas, siento orgullo de ser un soldado y ser reclutado en este ejército, siento orgullo de ser un soldado que escribe.

“Léeme”

He aprendido de memoria tu rostro, tus mejillas, tus ojos, tu mirada, tu piel, he leído tus labios y memorizado esa sonrisa, que es lo que más me gusta ver de ti. He vivido noches añorando que leas mis ojos, que descubras lo que no puedo decir con palabras, he vivido días añorando verte y que me veas, para pasar aunque sea un momento recostado a tu hombro. Después del ejercicio de leerte entera por fuera y por dentro, descubro que eres un libro de infinitas páginas y que nunca deja de oler a nuevo. Descubro que eres el libro que quiero leer el resto de mis días. Y yo, no hago más que mostrar mi portada añorando que me leas, he salido de los estantes de la soledad para ofrecerme ante ti, quizá no sea un libro nuevo y esté rasgado por maltratos, pero he tratado de tener el mejor contenido, solamente añoro que como yo te leí, tú con cariño me leas.

¿Qué soy?

Hoy, soy savia de un tronco partido de un árbol que talado sangra incesante. Soy eso que se desmenuza después de morir, soy un peatón en la carretera de las decepciones. No soy más que un corazón que derrama herrumbre a raudales, que se ha endurecido como plantas de los pies que caminan descalzas. Soy una planta aplastada por el sol quemante de marzo, que deshidratada clama a los cielos por una gota de agua. No soy más que fantasía plasmada en papel, soy el grafito que tatúa las hojas que sangran al sentir lo que escribo. Soy estas uñas de mis dedos carcomidas por la ansiedad, soy estos ojos que viendo borroso entre lágrimas te escriben. Esta noche soy un buscador de un por qué, soy un repartidor de culpas y por desahogarme escribo desesperado. Al final, la confusión me hace preguntarme insistente ¿Qué soy? si ella se ha ido, si no volverá, si no siente… No soy nada…

Esta noche

Esta noche canta el viento, silbando canciones incomprensibles, esta noche escribe mi alma sin pensar. Las nubes que pasan de norte a sur me dicen que hace días no le veo, que le extraño aún sin saber por qué. Esta noche sangra un beso, porque me mordí los labios mientras pensaba en ella y lloraba. Esta noche mi mente no piensa y le da vía libre a mi corazón. Esta noche escribo para ella, me vigila media luz de luna nostálgica, me obliga mi alma inquieta y sedienta… Esta noche hay odio, amor, rabia y temor, tanto, que no cabe en estos versos, agridulce te escribo, siempre más agrio que dulce. Esta noche lloran los ojos de un sensible poeta, a quien le duele el golpe que me vas a dar. Esta noche duele mi impotencia, aún haciendo todo lo que estuvo en mis manos por ti. Esta noche sangran versos, duele el alma, duele verte creer mentiras de otro. Esta noche duele luchar por ti y haberte perdido.