“Confesiones”

Hoy, noche fría y la cabeza golpeando,
advirtiéndome que no he descansado bien.
Han llovido tantas cosas nuevas, tanto qué pensar,
que ni siquiera sé en qué concentrarme.

Y todo aquel que me rodea me felicita,
cree que vivo feliz y que soy próspero,
me sugiere planes, me aconseja qué hacer con el dinero,
pero ninguno de ellos vive en mis zapatos…

No es fácil perder a quienes me acompañaron tantos años,
es bueno conocer personas nuevas, pero es duro olvidar.
No es fácil intercambiar ratos de felicidad con tristezas profundas,
¿De qué vale el dinero a montones cuando se vive así?

Mientras mi alma siga tomando como reposo mi cuerpo,
tendré que montarme en el aburrido tren del sistema,
tendré que viajar en los vagones de la monotonía
y entregarle mi vida y lo que sé a quienes manejan ese tren.

La soledad como un monstruo se aproxima,
cambios en todo sentido que me confunden,
soy un árbol que no sabe si dejar caer sus hojas o florecer,
un reloj sin manecillas, un joven que quiere ser joven,
 un joven que aún no se acomoda a nada…

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