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Mostrando entradas de diciembre, 2014

"Aquel escaño"

Pasé de largo por aquel escaño, aquel que solo tenía espacio para dos, para nosotros dos y para tu sombrero negro, bastó un segundo para que llovieran recuerdos... Mi alma liberada comenzaba a enamorarse, comenzaba también el año tras anterior, mediaba la tarde y la charla era interminable. Mis ojos se retiraban del rostro de ella, ¿Por miedo? ¿Porque se pasaba de bella? No sé... pero solo optaba por mirar las nubes de los cielos de enero. Su cabellera gruesa y negra hacía juego con su atuendo, mientras la brisa la acariciaba con trémula tibieza, el placer lo tenían mis oídos escuchándola hablar de su vida. Pasé de largo por aquel escaño en el que hubieron dos, y hoy que ya no estás, que tu alma vuela junto con otra, me queda el recuerdo y la nostalgia de todo lo que quedó por construir, de los versos que quedaron por escribir y quizá, de los besos que quedaron atragantados entre mis palabras.

“Tan solo necesito”

No necesito soledad ni viento frío para buscarte, tan solo necesito un firmamento despejado, para encontrarte en cada estrella. No necesito dulces, libros ni rosas para enamorarte, tan solo necesito que estés cerca para que te enamores en un abrazo. No necesito sexo para mostrarte que te deseo, tan solo necesito escucharte bajar las escaleras, despeinada, desarreglada, en pijama. No preciso de lugares oscuros ni hoteles de autopista para estar juntos, tan solo necesito una zona verde con árboles frutales para recostarme a tu lado. No necesito que me digas que eres mía, tan solo necesito que seas tuya, que me quieras y que me ayudes a vivir. No necesito andar contigo por las calles para presumirte, tan solo necesito que te prendas de mi brazo, para mí no va a existir nadie más. No necesito tenerte a mi lado para saber que te amo, tan solo necesito que habites mis pensamientos y mis días para amarte entera.

¿Quién soy esta Navidad?

Esta Navidad pensé como todos al principio, felicidad, villancicos, unión familiar, espiritualidad, diciembres con cielos despejados y viento soplando, pero en plena nochebuena me  pongo a pensar de pronto: ¿Quién soy esta Navidad? Dentro de lo que pienso me convierto en melancólico y puedo pensar que soy aquel niño de la calle, que puede un pedazo de pan ser su Navidad o que soy el viento fuerte que se filtra por los tablones que sirven de cama y cobijo a una familia ignorada por los gobiernos, que escurren grasa de carne a la parrilla y chicharrones. Esta Navidad soy el regalo deseado de la vitrina que un niño ruega a su padre le compre, mientras el padre, no halla como explicarle, que necesita dinero, al cual el niño no le ve significado aún. Esta Navidad soy el que a pesar de trabajar todo el año, no pudo comprar si quiera un lujo para un niño, y debe verlo llorar mientras envidia  que los demás sí tengan obsequios y regalos. Esta Navidad soy aquel que está